La oferta y demanda de oficinas en alquiler no deja de aumentar en Zaragoza. Una tendencia reflejada en la aparición de Nuevas Áreas de Negocio en las que se instalan cada vez más empresas que buscan ventajas respecto a sus anteriores instalaciones en parques empresariales o polígonos industriales.

El mercado de oficinas está en auge en la capital aragonesa. Cada vez más empresas, sobre todo multinacionales, buscan edificios mejor acondicionados en la ciudad. Una tendencia visible desde hace seis años y que va en aumento, pues la demanda ya es superior a la de 2014, que fue de récord, en lo que llevamos de año.

“La reducción del precio de las oficinas por el exceso de oferta que supuso la entrada en el sector de Expo Zaragoza Empresarial y el movimiento de superficie que originó la DGA con su traslado allí” es la clave de esta reubicación en masa según Carlos Ginés, gerente de Inversiones Rentaragón, empresa que se dedica al alquiler de oficinas.

Uno de sus edificios, el Centro Empresarial de Aragón, se encuentra en una de las denominadas Nuevas Áreas de Negocio: Gómez Laguna, entre las que también se encuentran el World Trade Center de María Zambrano o el Área Central de Negocios.

El resultado del acondicionamiento de estas nuevas zonas es “una mayor oferta de mayor calidad”, en palabras de Miguel Ángel Gómez, jefe de Departamento de CBRE Zaragoza, consultora inmobiliaria internacional asesora en este tipo de traslados. Aunque las rentas no son tan competitivas como en los polígonos industriales o en los parques empresariales, las ventajas compensan. Hay “un interés palpable de muchas empresas ubicadas en polígonos que se quieren posicionar en inmuebles para tener cubiertas necesidades de crecimiento”. Traslados que suelen efectuarse en un período máximo de 60 días, cuando estaría “todo totalmente operativo”

Una tendencia que por lo general no se da a la inversa, solo si prima el aparato logístico que puedan llevar asociados las empresas, por el que buscarían naves industriales acondicionadas con oficinas. Según Gómez, huir de la ciudad “no es lo más habitual en alguien que está ocupando un inmueble en el centro de Zaragoza y no tiene nada de actividad industrial o logística”.